martes, 5 de agosto de 2014

Frustración

Aprender de ese sentimiento de dolor y decepción por el esfuerzo realizado en vano que nos termina haciéndonos sentir un fracaso, esto es normal en la vida, ya que todas las personas estamos acostumbrados a depositar toda nuestras expectativas y nuestros sentimientos en cosas que son puro azar, solo de casualidad se puede ganar.
Dejamos en juego cosas tan valiosas como la fe y nuestros sueños que nos llevan a un estado de ánimos de decepción e ira, es casi descriptible como que nos robaran la inocencia que de naturaleza nos hace actuar incorrectamente al depositar tanto en cosas o hechos inseguros. Perdemos las alas y caemos en la realidad de mierda de la cual por un momentos quisimos escapar. 
Un hombre se puede equivocar muchas veces, pero no se convierte en un verdadero fracaso hasta que empiece a culpar a un tercero de sus errores, si uno pierde no por eso hay que buscar culpables, al contrario hay que continuar con la frente en alto.
Ese objetivo imaginario se desvanece rápidamente y uno queda sostenido en el aire hasta que choca con que nada es como uno creía que era, y que las historias de hadas son de las películas, sin otra alternativa la realidad nos hace crecer y madurar.
Al fin y al cabo aceptar el hecho de no conseguir lo esperado nos obliga a crecer y empezar a dejar de depositar cosas valiosas en lo que no lo vale, superar y saber siempre que nada es seguro. 

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